EFECTOS EN EL CUERPO
Después de 20 minutos se presentan los primeros efectos. Empiezas a sentirte relajado, incluso algo somnoliento. Dependiendo de la dosis, puedes sufrir alteraciones de la percepción y tal vez visión borrosa. Los efectos llegan a su punto álgido al cabo de una hora. Con dosis altas, puede haber problemas de coordinación o incluso pueden producirse lagunas mentales. En cualquier caso, aunque sigas consciente, no recordarás absolutamente nada.
Si alguna vez has tomado Xanax, ya conocerás estos síntomas. Lo que quizá no sepas es qué ocurre exactamente en el cerebro bajo los efectos de este fármaco.
Xanax es la marca del alprazolam, un fármaco perteneciente al grupo de las benzodiacepinas, que suelen prescribirse para tratar la ansiedad. Como ocurre con todos los medicamentos que se toman por vía oral, el cuerpo lo absorbe a través del estómago, atravesando la membrana mucosa y entrando en el hígado. De ahí, pasa al torrente sanguíneo y llega al cerebro, donde atraviesa la barrera hematoencefálica, una membrana que sirve como filtro para sustancias peligrosas. Las benzodiacepinas, como muchos otros fármacos, son capaces de atravesar esta barrera.
Y es en el cerebro donde las cosas se ponen interesantes. Las benzodiacepinas actúan sobre unas partes del cerebro denominadas receptores GABA-A, que serían una especie de interruptores, cada uno de los cuales tiene un efecto distinto. Los receptores GABA-A son los responsables de producir un efecto sedante y son activados por los neurotransmisores, sustancias químicas que transportan mensajes por el cerebro. En concreto, es el neurotransmisor GABA el que activa los receptores GABA-A. Val Curran, profesor de Psicofarmacología de la UCL, describe el neurotransmisor GABA como “los frenos del cerebro que calman todo”.
Elaborado por:Tellez Vilchis Jesus
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